lunes, 2 de noviembre de 2009

EDELWEISS



“La verdad que pongas en el corazón de tu mentira será lo único que podrá absolverte”.

Pierre Michón.




Irene, la encargada del taller de expresión artística Adrián Gil, me ha mostrado un breve catálogo de obras realizadas en el centro. No sabría muy bien cómo describir esta desconcertante recopilación de imágenes y objetos dispares, muy al margen de su estricto valor terapéutico, que sin duda ella cree que tienen. Pero es tan sencillo dejarse convencer por la opacidad de sus ojos amables, su voz solidaria, que a uno no le importa demasiado caer en la trampa de su ambición, mientras va dejando pasar estas imágenes con el falso indulto de la conformidad.


Ion Iriarte


Diario. 26 abril del 2007.



Edelweiss reúne una selección muy personal del trabajo creativo –todavía inédito- que el fotógrafo Ion Iriarte realizó en abril del 2007, durante su corta estancia entre nosotros. La reciente publicación de su último libro Latitud de Pose, ha suscitado un interés renovado por su obra, en cuyo contexto -y aunque por distintas razones- creemos que también se puede enmarcar este trabajo (...)


Entre las distintas imágenes que hoy presentamos aquí, queremos destacar principalmente aquellas que se realizaron para nuestro taller artístico, durante los días que precedieron a su extraña desaparición.


A pesar de lo que escribió su autor en el Diario, pensamos que estas obras guardan una relación muy estrecha con los pacientes y el personal médico que protagonizó aquellas sesiones. Por alguna razón el autor nunca nos las reclamó y se quedaron finalmente aquí (...)


Debo agradecer en especial al Nono Gould Group, por su desinteresada ayuda en la difícil tarea de documentar de este trabajo.



Dr. Esteban Garrido. Director de la residencia Edelweiss.

1 comentario:

  1. LLevaba escasamente dos semanas de ingreso cuando este fotógrafo llegó al Centro. En seguida simpatizó con todo el mundo, especialmente con la mentada Irene -que era bastante linda- y el Dr.Garrido -que es quién firma el prólogo que ustedes presentan aquí-, con los que tuvo un trato más personal.

    Se le ocurrió montar un pequeño taller fotográfico donde los internos podíamos retratar nuestra vida cotidiana en la residencia...Nos mostró en pocas palabras el funcionamiento básico de una cámara, nos presto las suyas e hicimos varios safaris juntos. La verdad, la experiencia no estuvo nada mal, aunque tal vez le falto algo más de continuidad....No se, ahora me parece que tenía unas ideas bastante curiosas sobre la fotografía. Improvisaba mucho.

    Es verdad que a los pocos días y sin despedirse de nadie se fué del centro. Y Todavía, sobre todo cada vez que veo las fotos que hicimos con el, no me explico lo que le pudo pasar para reaccionar de ésa manera......A veces pienso que también él vino a tratarse, y que no encontró aquí lo que buscaba.

    Si por casualidad lee alguna vez estas palabras, me gustaría que supiera que desde entonces, Eduardo y yo no soltamos ya la cámara y que el viejo Don Antonio ha dejado de fumar.


    Marta Rivera

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