Esmalte. Barniz. Madera. Y sobre todo inspiración, mucha inspiración.
Estos son los cuatro elementos que recoge la obra de Javier Tuñon, ,Uterophonics.
Tan sólo habíamos visto un video en el que se refleja la idea central de esta serie por lo que acudimos a la inauguración cargados de expectación.
Luz tenue, amigos por doquier, niños tocando los cuadros y por supuesto un relajado artista que se sentía como pez en el agua o mejor dicho como un uterophonics dentro del útero maternal.
Nadie mejor que él para definir a los uterophonics de sus cuadros:
El “uterophonics” es el ser nacido que dadas las circunstancias del mundo exterior ha decido volver a los paisajes amnióticos para revivir ese estado fetal, disfrutarlo con conciencia y convertirlo en atemporal.”
Pero no sólo es interesante su obra, la trayectoria profesional de Tuñon es digna de incluirse en el blog de Impulsos: buscando la inspiración, y también el amor, se fue a vivir a Los Ángeles donde pintó numerosos decorados de películas Hollywoodtienses e incluso dibujó un mural en la casa de un famoso actor. No desvelaremos ningún nombre para mantener ese alo de misterio que envuelve a los artistas.
Cansado del ritmo de vida americano regresa a Barcelona para trabajar en varios filmes españoles. Afincado en Madrid, estos últimos años se ha centrado en su obra artística que ahora podemos disfrutar todos visitando el bar A fuego Negro.
Una vez más el arte creó un impulso que unió a gente de lo más variopinta para apreciar las texturas y dibujos creados con un particular dripping de la mano de este artista beasaindarra.
